Callar las buenas obras del prójimo, es envidia.
Callar para no herir la susceptibilidad, es delicadeza.
Callar los defectos propios, es prudencia.
Callar los defectos ajenos, es caridad.
Callar las palabras inútiles, es sabiduría.
Callar para escuchar, es educación.
Callar a tiempo, es discernimiento.
Callar junto al que sufre, es solidaridad.
Callar cuando se ha de hablar, es cobardía.
Callar ante el fuerte, es sometimiento.
Callar ante el débil, es magnanimidad.
Callar ante una injusticia es complicidad.
Callar en los momentos de dolor, es virtud.
Callar ante la injuria, es fortaleza.
No hay comentarios:
Publicar un comentario